Mañana no habrá velas encima de la tarta,
no escucharé tu risa por teléfono,
no me dirás que estás cansado en el sofá viendo la televisión
ni que el instituto te va muy bien aunque te haya caído alguna.
Tampoco nos diremos que nos queremos,
que nos echamos de menos,
ni siquiera nos desearemos Feliz Navidad.
Tampoco te preguntaré qué te van a traer los Reyes,
y tú,
este año no me contestarás que ya eres mayor para esas cosas.

Tu presencia sería el mejor regalo.
Sigue brillando pequeña estrella.

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