Carta abierta a un ex
Puede ser que haga mucho tiempo que no hablamos, y puede ser que tuviéramos muchas más palabras crudas que dulces que decirnos. En un instante todo se tambaleó. La relación llegó a su momento y tropezamos con esa piedra. Decidimos zanjar de una vez por todas con el dolor, porque ninguno de los dos nos sentíamos bien con esa situación. Pero esa noche nos fue imposible dormir, derramamos alguna que otra lágrima, nos echamos de menos... Y aún estando a unas decenas de kilómetros de distancia, nos pudimos sentir como si estuviéramos a millones. Y la charla del día posterior, si lo podíamos llamar así por no haber podido pegar ni ojo, fue de dudas infinitas. No nos podía haber pasado a nosotros. Era mucho tiempo. Éramos la pareja perfecta. Esto debía tener arreglo, y ¿Por qué no intentarlo?. Pero el amor ya no era el mismo. No teníamos esa inocencia. La herida dolía y mucho, y eso valía más que ponernos a arreglar este desastre. Pero justo en este momento, a en punto queríamos arregla...