Que poco me gusta hacerme mayor

Me encanta cerrar los ojos, loca por evadirme, aunque no siempre pueda hacerlo. Porque la vida real nos lo impide. Cierra puertas con llave a los sueños y arranca las de la verdad. Y ahí estamos, medio perdidos en el limbo, tambaleándonos entre verdades y mentiras que no nos dejan ver las fantasías y las pequeñas cosas del día a día.

Y no se por qué andan empeñadas esas personas de trajes y cara gris, de sonrisas ausentes, en que sólo son bobadas. Que toman la vida en serio, la labran a base de sudor y disgustos, y como consecuencia se convierten en sacos de huesos crujientes.
No es tan difícil encontrar la belleza en la más mínima gota de lluvia.

_______________________________________________
Por si me estuvieras leyendo, sé que nos damos cuenta de lo que valen las personas tarde, cuando ya ha pasado todo. Aunque, más mérito tiene reconocer el valor de esa persona cuando aún sigue ahí. Y sólo por eso, querer que permanezca siempre. Porque yo no me he ido a ninguna parte. Y porque sé que todos vosotros sois esas pequeñas cosas que merecen la pena.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mujer empoderada

Trama cíclica