Domingo desnudo

Y no el último. Ni tampoco el primero. Quizás esta sensación sea llamada de otra manera, una vaga búsqueda más de las que he desistido. Y no por vaguería, sino por indiferencia. Siempre he pecado de indiferente, y ahora lo difícil es cambiar. Los cambios nos envuelven como un pequeño torbellino de arena en una playa abandonada: nos elevan hacia lo más alto, pero si decidimos abandonar la grata ocasión, el torbellino se torna neutral y nos ayuda a volver a poner los pies en el suelo. A veces esa ayuda no es tanta, y el sonido de la caída contra el suelo nos despierta del sueño de la monotonía. Esas ocasiones siempre llegarán a deshora, sin duda. O también sin aviso previo.
Allí se tambalean, medio vivas, medio muertas, en el limbo del porvenir.
'La ocasión la pintan calva, y hay que cogerla por los pelos'

Comentarios

j0! ha dicho que…
La ocasión, pasa quizás sin avisar pero si no nos damos cuenta, siempre habrá otra que si podamos tomar..

me gusta como escribes :) también te visitaré.. cuando sigas actualizando ^^
Saludos, que estés bien

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