Vamos a mentirnos
Vamos a pasear de la mano las tardes de domingo de invierno por el centro de la ciudad. Vamos a bailar al son de la música callejera, Te dejo que me pises un poco los zapatos Sólo si dejas que te llame ‘torpe’. Cómprame flores, te invito a cenar. Podemos sonrojarnos frente a la muchedumbre, besarnos, o correr mientras nos gritamos cuanto nos queremos. Después puedes acompañarme a casa Y caeremos presos de una despedida infinita. No pararemos de besarnos, Ni de contarnos mil y una batallas, Yo no pararé de decir que hace frío Y tú, que mañana sonará pronto el despertador. Y mirando más allá de nuestros ojos, Llegando a ese trozo del alma que está reservado para muy pocos, O ninguno, Nos diremos que nos llamaremos mañana, Que aún no nos hemos despedido y ya queremos volver a encontrarnos Y que somos lo mejor que ha pasado por nuestras vidas. Y, amor, nunca volveremos a vernos. No habrá más pensamientos, insomnios deseados, miradas, Paseo...